Cuando nuestra oración es abominable para Dios
“El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable.” (Proverbios 28: 9)
Una de las grandes diferencias entre los seres humanos y los animales es la capacidad de hablar. Los animales se comunican entre sí a través de sonidos, pero hablar es esencialmente una característica humana. El diálogo es un camino de doble vía, se lleva a cabo entre al menos dos personas que escuchan y son escuchadas. En una relación sana debe haber reciprocidad. Sentimientos, el respeto, la atención deben ser mutuamente intercambiados.
Sin embargo, hay personas que quieren ser respetadas, pero no respetan, quieren ser escuchadas, pero no oyen, quieren ser amados, pero no aman. A menudo lo hacemos con Dios. Exigimos que Dios nos escuche, pero nos negamos a escuchar a Dios. Proverbios 28: 9 muestra un grupo de personas que buscan ser escuchado por Dios, pero se niegan a escucharlo.
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¡Que mensaje duro!
Cuando me encontré con este verso, por primera vez, pensé por un tiempo preguntándome: ¿Será que eso es lo que Dios quiere decir? Es un mensaje muy duro. ¿Dios realmente piensa así? ¿Será que el traductor no se equivoco al traducir este verso del original?
Para hacer frente a mis preocupaciones, decidí investigar un poco más en este verso. He descubierto, por ejemplo, que el verbo oír también podría traducirse como obedecer o guardar (2 Sam 18:12 es un caso). La palabra ley (Torá) es una referencia a la totalidad de la Biblia que tenían en ese momento, es decir, el Pentateuco. Por lo tanto, también incluye Éxodo 20, es decir, la ley moral de Dios, los Diez Mandamientos. Otra posible traducción de la palabra “abominable” es “detestable”, lo que hace que la expresión sea más grave. Finalmente busque otras traducciones para comparar la versión que había leído (ARA) con otras posibilidades. Todas las versiones que he consultado (NIV, Almeida siglo XXI, BV, NTLH, ARC, NKJV, BJ) concuerdan entre sí en relación con la traducción de este verso.
La única cosa que podemos concluir, por tanto, es que Dios en realidad quería decir lo que está escrito en nuestra Biblia. Sin embargo, vamos a ver un poco más de este verso.
¿De quién habla el verso?
El versículo revela algunas características que nos ayudan a identificar a quien se refiere. Dos características destacan. La primera es que las personas descritas en este verso se niegan a escuchar (obedecer, guardar) la ley. Esto significa que estas personas conocen la ley de Dios, conocen la palabra de Dios, pero voluntariamente se niegan a obedecer.
Una segunda característica que podemos observar es que estas personas de Proverbios 28: 9 oran a Dios. Son personas religiosas que asisten a una iglesia, que profesan un credo. Estas personas dicen que sirven a Dios, pero que quieren servir a su manera, sin un compromiso real con las ordenes del Señor. Es importante resaltar que el verso no se refiere a aquellos que son ignorantes de las leyes de la Biblia. Dios no va a cobrar quien no conoce (Hechos 17:13).
¿Qué significa todo esto?
La aplicación de este texto debe hacernos reflexionar profundamente sobre nuestra vida cristiana. La rebelión impide el contacto con Dios. Rebelión es ponerse conscientemente en contra de una orden divina clara. La palabra de Dios revela las diversas leyes para lo cuales debemos prestar plena atención. La ley moral es, sin duda, la más importante. Todos los Diez Mandamientos, incluyendo el sábado, deben ser objeto de nuestra atención y obediencia. Encontramos otras leyes de Dios en su Palabra: la ley de los diezmos y ofrendas, las leyes de la salud, entre otros.
Cuando estudiamos los textos sagrados, debemos estar atentos a los pequeños detalles. En el texto que nos ocupa, hay un detalle importante. La palabra “también” tiene mucho que decirnos. Es una palabra inclusiva. No sólo son las oraciones de los que son rebeldes que son abominables. Cualquier manifestación hacia Dios es abominación. Música, culto, predicación, todos son una abominación, o sea detestables a Dios. El profeta Amos tiene un mensaje de Dios a las personas que se encontraban en una situación de rebelión contra el Padre eterno:
“Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.“(Amos 5: 21-23).
El pueblo al que Amos dijo estas palabras iban a la iglesia, hacían sacrificios, cantan hermosas canciones, pero eran deliberadamente desobedientes a los mandamientos de Dios. Para Dios su adoración era despreciable. Por medio del profeta Isaías, Dios confirmó este pensamiento:
“He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.“(Isaías 59: 1, 2).
Si Dios aceptase la adoración de los desobedientes, estaría aprobando la rebeldía.
Espíritu de Profecía
Ellen G. White confirma estos conceptos en diferentes momentos:
“Dios no aceptará una obediencia caprichosa e imperfecta. Los que afirman que están santificados, y sin embargo apartan su oído para no oír la ley, demuestran que son los hijos de desobediencia, cuyos corazones carnales no están sujetos a la ley de Dios, ni tampoco lo pueden estar.—Manuscrito 40, 1894“(Mensajes Selectos V. 3. p. 199).
Al comentar sobre el mensaje del primer ángel, ella escribió:
“El primer ángel exhorta a los hombres a que teman al Señor y le den honra y a que le adoren como Creador del cielo y de la tierra. Para poder hacerlo, deben obedecer su ley. El sabio dice: “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es la suma del deber humano”. Eclesiastés 12:13 (VM). Sin obediencia a sus mandamientos, ninguna adoración puede agradar a Dios. “Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos”. “El que aparte sus oídos para no escuchar la ley, verá que su oración misma es cosa abominable”. 1 Juan 5:3; Proverbios 28:9 (VM). “(El conflicto de los siglos, pp 435 y 436.).
Como complemento de este pensamiento, leemos:
“No bastaba que el arca y el santuario estuviesen en medio de Israel. No bastaba que los sacerdotes ofrecieran sacrificios y que los del pueblo se llamaran los hijos de Dios. El Señor no escucha las peticiones de quienes albergan iniquidad en el corazón; está escrito: “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también será abominable.” Proverbios 28:9.” (Patriarcas y Profetas, pág 584.).
Conclusión
El mensaje contenido en Proverbios 28: 9 es muy importante y profundo. Dios no tiene en cuenta las oraciones de aquellos que deliberadamente desobedecen. El culto, la música, no importa qué tan bien ejecutado sean, y otras formas de adoración también son rechazados por Dios.
Hay un reto para el pueblo remanente: dar una advertencia a aquellos que necesitan cambiar sus vidas. No podemos tener orgullo espiritual, mas es preciso tener en cuenta que aquellos que conocen y guardan la ley de Dios deben predicar a los que se rebelaron contra Dios.
Los que profesan estar entre el pueblo remanente, también deben ser examinados todos los días para ver si están “escuchando” la ley de Dios. El Señor no tomará en cuenta la placa de su iglesia en el momento del juicio, en ese día es sólo el ser humano y Dios.
Es importante concluir esta reflexión señalando que hay una solución para todos los que están en rebelión contra Dios. Juan escribió:
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1: 9).
La oración de arrepentimiento siempre será escuchada por Dios.
Que siempre estemos atentos a la voz del Señor!
Por Pr. Felippe Amorim
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